Candil sin aceite, cirio sin mecha... la luz se apaga.
Nadie vendrá a velar la vela de cera ya consumida.
Y se confunde en las sombras un alto farol de forja
con una jaula que encierra sueños...
Calor que se pierde, el fuego y el humo se han ido.
Fundidas bombillas de filamentos rotos que ayer
brillaban...
ahora sólo habita el frío, donde reverbera el silencio.
El argón vuelve al letargo inerte
la combustión ha cesado...
y la incandescendia se somete
al cristal que la envuelve, esperando una piedra que lo
haga estallar...
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