No culpes al cuchillo que atraviesa
si fue tu mano la que alzó aquel filo
no debieras desear que no me duela
pues fuiste tú quien cortó el hilo.
Hilo que sangra, que se desmembra
mas no hubo saña en derrumbar el silo,
almacén de aquellas vivencias,
donde el recuerdo quebró vacío.
No tiemble tu voz y su eco
debieras mostrar firmeza
pues a mis ojos, hoy secos
no sirve tu sutileza.
Que no daña el arma empleada
que daña más quien la emplea
al descubrir su mirada
más llena que de odio, pena.
Tristeza que fue alegría.
Amor que es indiferencia.
Puñal: palabras vacías,
silencios los que arponean.
si fue tu mano la que alzó aquel filo
no debieras desear que no me duela
pues fuiste tú quien cortó el hilo.
Hilo que sangra, que se desmembra
mas no hubo saña en derrumbar el silo,
almacén de aquellas vivencias,
donde el recuerdo quebró vacío.
No tiemble tu voz y su eco
debieras mostrar firmeza
pues a mis ojos, hoy secos
no sirve tu sutileza.
Que no daña el arma empleada
que daña más quien la emplea
al descubrir su mirada
más llena que de odio, pena.
Tristeza que fue alegría.
Amor que es indiferencia.
Puñal: palabras vacías,
silencios los que arponean.
En Lepe, Huelva, el día del 100 aniversario del nacimiento de Miguel Hernández